MINI NO ES UNA MIEDICA
Autora: Christine Nöstlinger
Mini es alta, delgada, tiene la cara llena de pecas y tiene ocho años.
Su aventura empieza un caluroso día en el que la madre de Mini y Moritz después les dijo de ir a la piscina. Un tiempo después la madre estaba preparando todo con Mini, cuando fue al salón a decirle a Moritz, que se estaba quejando, para que se callara, cuando tropezó con un patinete y salió cojeando al sofá, Mini asustada le puso hielo en un trapo cubierto de una bolsa por si se derrite el hielo.
Al final Mini y Moritz estaban en el tranvía separados. En una parada subió tanta gente que Mini no veía a su hermano. Moritz se bajó en la primera parada y, Mini en la siguiente. Asustada, empezó a correr hasta la valla del parque y no lo encontró. Allí vió a un niño, que se llamaba Peter, Mini le contó lo que le había pasado, Peter le propuso llamar a su casa, pero no tenía dinero ninguno de los dos. De repente, a Peter se le ocurrió algo y dijo:
-En los carros del supermercado siempre se les olvida quitar la moneda a algunos despistados, vamos a allí.
Mini sin saber de lo que le hablaba lo siguió, encontraron dos carros con monedas, pero de repente Peter empezó a correr y gritar a Mini:
-¡¡Mini, corre, es el matón Adi, el gordo!!-
Mini lo siguió, corría más que él y lo adelantó, él se paró pero Mini siguió corriendo. Llegó a un sitio que ella conocía. Empezó a correr , vió su casa y, en el porche a su padre. Sus padres la abrazaron, cuando la dejaron todos dijeron:
-Pensábamos que te habíamos perdido.
Y Mini les dijo:
-CREO QUE SOIS UN POCO MIEDICAS-
Antía Canosa Toba
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